domingo, 26 de marzo de 2017

Idus de Marzo

Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, Julio César encontró al vidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el vidente contestó compasivamente: «Sí, pero aún no han acabado».
Plutarco


Marzo de 2017 está siendo un mes ominoso para la Argentina, mi país. Por primera vez en la historia un gobierno de derecha, o mejor dicho de corte neoliberal en lo económico y conservador en lo político; ha llegado al poder sin la ayuda ilegal de un golpe organizado por las Fueras Armadas.  Lo ha hecho en cambio, aliado con el mundo empresarial tanto financiero como multinacional y el sector agrícola ganadera mutado a la partir de la vetusta oligarquía tradicional en un monocultivo sojero y alimenticio.
Tal vez se parezca el gobierno actual a la situación previa al primer golpe militar, el de Uriburu en 1930; situación donde el poder conservador se apuntalaba con las empresas de la época, los dueños de las tierras, las vacas y las ovejas. Más un siglo después seguimos siendo un país que desprecia los recursos humanos del mismo y se dedica a producir materias primas para que las clases altas puedan comprar productos industriales de importación muchas veces realizados con nuestras propias materias primas. Y las clases medias y bajas se conforman con los productos de segunda calidad de China o Taiwán. El desarrollo industrial, la elaboración nacional de nuestros insumos, la investigación tecnológica, todo eso te lo debo.
Dos marchas gigantes anti oficialistas arrojan sobre el tapete temas candentes de nuestra sociedad,  la de los docentes y la del 24 de Marzo.
La educación pública gratuita y de excelencia es un deber de cualquier estado democrático al que los ciudadanos no debiéramos jamás renunciar.  Pero claro, como siempre el problema es el vil metal. Según el gobierno actual, el anterior, un peronismo devenido kirchnerismo, le dejó un país en bancarrota por lo que se le hace imposible ajustar las paritarias de los sueldos de los docentes públicos a las pretensiones de los gremialistas que tratan de acercarse lo más posible a los salvajes índices de inflación.  Es bastante cierto que la economía argentina está es un estado desastroso y que las arcas públicas no dan abasto para satisfacer dicha demanda. Pero sí lo están para condonar retenciones a sectores muy favorecidos como los latifundios agrarios ?  O para no gravar la renta financiera de los bancos multinacionales, que desde hace más de una década ven crecer sostenidamente sus ganancias que por supuesto se remiten a sus casas matrices ? O para seguir eximiendo al Poder Judicial, cada vez menos indendiente del odiado Impuesto a las Ganancias.
Pero el problema va mucho más allá de un simple arqueo de caja. Tiene que ver en mi modesta opinión en qué tipo de sociedad queremos tener. Hay profesiones, a mi juicio que son inmensamente valorables, el bombero es el que te salva, el médico es el que cura, el payaso es el que te hace reír y el maestro es el que te educa de niño.  Ni hablar de otras profesiones, el militar que te mata, el policía que te reprime o el político que legisla en contra tuyo.  Pero esas profesiones valorables, oh casualidad ! son de las peor pagas en muestra sociedad.
Que un gerente de banco gane diez veces más que un maestro de primaria es una muestra clara de la perversión del capitalismo, pero poco o nada se puede hacer en contra de eso ya que se mueve dentro del ámbito estrictamente privado. Pero que un diputado o senador gane más de diez veces más que un maestro es una perversión espantosa del sistema democrático y nos compete a todos ya que no debemos olvidar que los políticos en ejercicio son servidores públicos.
Repetiré hasta el hartazgo el concepto de servidor público,  los gobernantes de turno son servidores públicos de todos los ciudadanos y la diferencia entre el simpático barrendero pelado de mi barrio y el presidente de la Nación es cuantitativa y no cualitativa.  Por lo tanto es una distorsión abyecta que los servidores públicos de una clase, que no brilla demasiado por sus logros, ganen tanto más que otros que lo necesitan. No sé si lo merecen pero eso es otro tema.
Además la insoslayable transparencia de todo servidor público es una exigencia que la sociedad toda debiera tener con nuestros gobernantes. La clase política está llena de imputados, procesados, sospechados e incluso condenados por un sinfín de delitos políticos y económicos. En otros países, Islandia por ejemplo, la ciudadanía obligó al primer ministro a renunciar por el caso de Panamá Papers que salpica al presidente actual también y a nadie parece importarle mucho. Evidentemente tenemos que elevar mucho la vara moral para con nuestros representantes y también para con nosotros mismos.
En este país hubo no uno, sino dos atentados terroristas mucho antes de que se convirtiera en una nefasta moda global y al día de hoy nada sabemos de quienes fueron sus responsables.  Tal vez algo sí sabemos, los sucesivos gobiernos han sido por lo menos cómplices de encubrimiento de esos crímenes aberrantes que nada han hecho para esclarecerlos.
Pero volviendo a la marcha de los docentes, por supuesto algunos tratan  de convertirla en una manifestación a favor del gobierno anterior y en contra del actual. Por supuesto que algunos exacerbados muestran helicópteros como sugerencia de traslado express por fuera de la Casa Rosada.  La politización y manipulación de reclamos sociales no es nuevo y siempre sucedió. Y los exabruptos son condenables ya que nuestra democracia sigue siendo endeble e infantil aunque ronde la cuarentena.  Pero que todo ese ruido no nos distraiga del problema real que consiste en qué tipo de papel y valoración queremos que tenga la educación en nuestra sociedad independientemente de los problemas ecónomicos circunstanciales.  Tal vez al poder le guste que existan nuevas generaciones de ignorantes cada vez más estúpidos; no nos olvidemos que un imbécil es el votante y el consumidor perfecto; vota a quien querramos y compra lo que le vendemos.
El otro tema que nos atraviesa en los Idus  de Marzo son los años 70 y la dictadura militar.
Se ha hecho hincapié en el tema del número de desaparecidos y decir que fueron 30.000 es una bandera de un sector y decir que sólo fueron unos 9.000 una bandera del otro.
Un asesino si mata a uno o a diez millones sigue siendo un asesino. La cantidad es en todo caso un agravante terrible.  Es verdad que el informe “Nunca Más” contabiliza poco menos de 9.000 casos de asesinatos.  Pero fue realizado a mediados de los 80 cuando los militares todavía conservaban mucho poder estaban indignados por estar fuera del poder.  Hubo no uno sino dos intentos de golpe militar, los “carapintadas”  e incluso en una fecha mucho más reciente se sospecha del asesinato de un testigo clave en sus juicios como lo fue López.  Por eso es más que probable que la cifra fuera muy minimizada, casos de gente que no se atrevía a denunciar, por miedo a represalias, casos que desconocemos porque no hubo ningún familiar sobreviviente o casos de gente tan castigada que nunca hizo nada.  Por otro lado nunca, repito nunca, la dictadura argentina desclasificó sus archivos y no sabemos su propia contabilización, que como prolijos filonazis que era, seguramente habrán llevado.  Sin embargo existen documentos de origen chileno desclasificados por los EEUU que indican que hacia 1978 llevaban computados 22.000 desaparecidos.  Faltaban cinco años más por lo que es muy probable que se llegue a la cifra de 30.000 o incluso se la supere.
También el hecho de insistir en los 8.000 es peligroso porque es un primer pasito a desestimar o minimizar el horror del hecho y también se trata de desclasificarlo como genocidio. No soy un experto en Derecho Internacional pero creo que la definición de genocidio se basa en un plan sistemático de exterminio y no en una cifra determinada.
Por último el agravante principal y que nadie parece recordar es que el que cometió los asesinatos fue el Estado, el que debería ser garante de la seguridad de sus ciudadanos. La indefensión y la impunidad del horror de ejercer persecuciones desde el Estado son un agravante a mi juicio mucho más terrible que mil o dos mil muertos más o menos.
También es importante destacar la participación civil en los asesinatos de los 70 de la sociedad civil; el empresario que se aliaba con los milicos para deshacerse conveniente de los empleados gremialistas conflictivos, pienso en Los Blaquier, los Ledesma, los Navajas Artaza etc etc.  Pero como siguen siendo parte de la clase dominante económica argentina se pueden aliar siempre con el poder de turno y mucho más con el actual de neto corte liberal y conservador.
Existe responsabilidad que incluye también a las organizaciones terroristas. El ERP, Montoneros y otras fueron organizaciones armadas que también cometieron asesinatos en sus intentos de hacerse con el poder o de realizar la tan soñada revolución. Dicha revolución extrañamente teñida en el caso de Montoneros de peronismo y cristianismo tercermundista.
Pero no no olvidemos que Perón al volver al país organizó la derecha peronista con monstruos como Osinde y Bidegain y luego se apoyó en uno de los personajes más siniestros de nuestra historia, López Rega.  Es innegable que Perón sabía de la triple AAA y que hasta haya sido una creación de él puesta en practica por su nefasto ministro.  La AAA fue el huevo de la serpiente y cuando el Proceso de Reorganización Nacional empezó su tarea de exterminio, el aparato de exterminio ya estaba montado armado y funcionando aceitadamente.
Hasta cuándo la sociedad argentina en general y el peronismo en particular seguirán negando lo innegable ?  Se nos van muriendo los testigos cruciales,  López Rega en Suiza, Leonardo Favio.
Porqué ningún fiscal de la Nación tienen los huevos suficientes para convocar a Comodoro Py a Firmenich y sobre todo a Isabelita Martinez de Perón ?
Pero claro, la “omertá” justicialista grafitea el centro de la ciudad con “No se jode con Perón”.
A las vacas sagradas a veces hay que matarlas para comerlas.

Los idus de marzo todavía no han terminado.