lunes, 27 de abril de 2009

Natalidad

El mundo pareciera encaminarse a su destrucción. Una de las razones podría ser la siguiente. Una familia más o menos moderna planifica su prole, considera que traer un hijo al mundo es una gran responsabilidad, se preocupa por su educación y considera los gastos económicos indispensables para un crecimiento armónico de cada vástago. Dicha planificación implica necesariamente disfrutar del sexo utilizando métodos de prevención del embarazo.
Ergo, no suelen pasar de dos hijos por pareja.
Una familia enrolada en cualquier corriente religiosa más o menos conservadora, ya sea Jabad Lubavich, el Opus Dei, o el chiísmo, no planifican absolutamente nada en cuanto a prole, ya que "los hijos son regalo de Dios", consideran que la verdadera educación es heredar la fe de sus padres y más que una responsabilidad ven la pater/maternidad como un derecho a ejercer.
Ergo, las familias religiosas lindando con el fanatismo suelen tener una prole que no suele bajar de los cinco descendientes.

No se extrañen que en unas pocas generaciones, tengamos jihads y cruzadas por todo el planeta.
Si no las tenemos ya.

domingo, 19 de abril de 2009

La misma noche

Durante mi adolescencia me fascinó el mal llamado "rock progresivo" de los años '70.
Era fanático de muchos grupos de rock de la época pero estaba más interesado en los instrumentistas que en los cantantes, solía esperar más los solos de guitarra que los estribillos.
Uno de los héroes de la guitarra eléctrica de ese entonces era el holandés Jan Akkerman, el guitarrista del grupo Focus.
En mayo de 1973 se presentaron en el teatro Rainbow de Londres y poco después se editó el disco registrando ese concierto.
Como muchos otros, lo compré inmediatamente y quedé extasiado con la potencia desplegada por el grupo, y el virtuosismo del guitarrista; sobre todo en la versión del tema "Hocus Pocus" que mezclaba algo parecido a la ópera o el canto tirolés con el heavy metal.

Pero los años pasaron y tanto mis gustos musicales como mi actividad como músico cambió radicalmente. Desde hace varios años escucho y toco música llamada antigua, es decir compuesta hasta aproximadamente la muerte de J. S. Bach en el año 1750.
Bastante alejado, por lo menos en magnitud de decibelios del amperaje de Focus y su guitarrista Jan Akkerman.
La música antigua, tuvo un redescubrimiento durante el siglo XX, de la mano de músicos como Arnold Dolmetsch y en los años 60 el recordado David Munrow.
A principios de los años '70 tocar música antigua, o "temprana" como poéticamente se dice en inglés; era algo excéntrico y muy poco difundido.
Hace muy poco descubrí que en esa noche de Mayo de 1973, Focus había tocado bastante más música que la que contenía el disco.
Y gracias a la Internet descubrí para mi asombro y maravilla que Jan Akkerman había tocado, tal vez la misma noche que "Hocus Pocus" un largo solo de laúd.
Una fantasía de John Dowland compuesta aproximadamente hace trescientos años.
Cómo alguien pudo en la misma noche tocar las dos cosas?
Cómo volví a reencontrame con el gusto del mismo guitarrista que parecía unir los caminos musicales de toda mi vida en una sola noche ?

Una linda noche, la verdad.




martes, 7 de abril de 2009

De vampiros, libros mayas y peste

Florian Fricke fue un músico alemán fallecido de un infarto prematuramente. Fue el fundador del grupo musical Popol Vuh, cuyo nombre deriva del libro sagrado de la cultura maya.
Colaboraron mucho con el director de cine Werner Herzog, componiendo la banda de sonido de varias de sus películas.
Ambos, el director de cine y el director del grupo, me parecen geniales y admiro mucho su obra.
En la película "Nosferatu", una relectura de la leyenda del vampiro, hay una escena que siempre me impactó. El terror real y el desamparo no aparecen con el genial vampiro compuesto por Klaus Kinski, sino cuando llega la peste a la ciudad.
Ciudad que aparenta ser Amsterdam, pero en realidad es Delft. Cuando Isabelle Adjani recorre la plaza con ratas apestadas, cajones, gente todavía viva bailando y comiendo pero esperando la próxima e inevitable muerte; creo que Herzog logra un fresco inmejorable, como un siniestro retablo medioeval moderno.
La música por supuesto es de Popol Vuh.





Como yapa un raro video del grupo usando instrumentos étnicos, Kyrie de 1973.

viernes, 3 de abril de 2009

Estética neoclásica

Cuando empecé a pensar sobre el arte contemporáneo luego de haber trabajado en relación a él por varios años, encontré un terreno muy fértil desde donde pensar nuestra cultura.
Una de las ideas que se me ocurrieron fue la existencia de un desplazamiento de las influencias artísticas. Cuando uno se dedica a las artes visuales, tiene en su período de formación influencias que si bien pueden seguir a los largo de toda la vida, terminan convirtiéndose en inspiración. Cuando un artista es joven si mira una obra de un artista anterior, se lo llama influencia. Cuando un artista es maduro si mira una obra de un artista anterior, se lo llama inspiración. Pero en esencia el gesto es el mismo.
A lo que voy es que durante buena parte del Renacimiento la influencia parece haber sido la naturaleza, recordemos al joven Leonardo juntando lagartos y arañas para crear animales fantásticos o a Durero pintando conejos o alas de aves de todos colores.
Luego comenzó la historia del arte, o mejor dicho la concepción del arte como historia Tenemos entonces pintores de la segunda mitad del siglo XVI que miran a los pintores anteriores. Lo que después se dio en llamar Manierismo o pintar "a la manera de".
Cuando las vanguardias proclaman sus manifiestos y los pintores atonales como Braque o Picasso desarrollan el cubismo, el subterfugio de la mímesis en las artes visuales dejó de tener sentido.
Pero la cultura del siglo XX empezó a difundir información a niveles exponenciales. Y no hablo sólo de obviedades como la televisión o la Internet.
Un joven pintor, vanguardista o no, hasta la primera guerra mundial abrevaba en imágenes producidas por artistas anteriores. Tal vez los futuristas fueran de los primeros que buscaron inspiración en las máquinas de la sociedad tecnologizada. Y Duchamp amplió el "campo de batalla" con sus gestos resemantizadores.
Entonces, me parece, que en la actualidad hay un desplazamiento del eje de influencias que recibe un artista visual. El diseño gráfico, la televisión, la moda y el fashion, los comics, el cine, los dibujos animados y tantas otras cosas, ejercen tanta influencia o más sobre un artista como la que pueden tener los nenúfares de Claude Monet.

Mathew Barney es un artista contemporáneo nacido en 1967 en San Francisco.
Es un video artista, es decir un artista visual que elige como forma de expresión la realización de videos.
Su serie más famosa con cinco episodios se llama The Cremaster.(http://www.cremaster.net ).
Como dato anecdótico podemos señalar que es la pareja actual de la cantante pop islandesa Bjork.
Su estética tiene mucha influencia de la pintura desde el Renacimiento hasta el Barroco, revirtiendo un poco la tendencia previamente expresada.

De Mathew Barney un extracto de "Cremaster nro 3".



Bill Viola es otro videoartista nacido en New York en 1951. Con una obsesión por la luz, sus trabajos también exhiben una influencia clásica que dialoga con la historia del arte.
De Bill Viola su video, "Emergence".


Problemas en el pensar - Parte 3 - Patrones


Retomando la idea expuesta anteriormente por Pascal Boyer; existe en la configuración de nuestro cerebro un marcado sesgo para reconocer patrones.
Estamos diseñados para reconocer y encontrar patrones dentro de la información que percibimos. Algo así como las caras que vemos en las manchas de humedad de la pared o los animales que descubrimos en las nubes.
Como bien señala el antropólogo francés eso implica una ventaja evolutiva ya que el costo de no ver un esmilodonte entre la hierba o una liebre susceptible de ser comida es alto. Mientras que el costo de equivocarse al ver un predador que no era o una presa equivocada es mínimo.
Pero esa característica mental se extrapoló a todas las áreas de la cultura.
Esto implica también un rechazo en la forma de pensar a lo desconocido y pero aún a lo paradójico, caótico o simplemente confuso. Como un "horror vacui" mental que no tolera secciones de la realidad inexplicadas o paradójicas.
Un salto cualitativo sería tal vez aceptar las "proposiciones indecidibles" que como apuntaba Goedel, todo sistema formal contiene, en vez de exacerbar las demostraciones al infinito.
Nuestra necesidad inconsciente de ver y reconocer un patrón hace no sólo que dediquemos grandes esfuerzos como especie a desarrollar ciencias que nos permiten explicar el mundo, sino que desarrollamos explicaciones un poco menos sustentadas, como lo son todas las creencias.
Después de todo la diferencia entre una religión revelada y una concepción animista paleolítica es sólo marketing y una mayor cantidad de ritualizaciones.
Ritualizaciones que podrían engancharse con características de tipo obsesivo compulsivo a nivel colectivo que unidas a la repulsa de lo desconocido, paradójico o indemostrable resultan en situaciones como los rezos que parecen convulsiones del rito hebreo o los maniveles de rollos de rezos en el budismo tibetano.
A modo de ejemplo, en mapas antiguos e incluso en algunos mapas turísticos actuales, se solía representar sitios que cubrieran todo el espacio cartográfico. Un horror vacui a dejar espacios vacíos en el mapa, que llega a situar lugares fantásticos e inexistentes sólo por llenar el espacio, como El Dorado o la laguna de Parima. Este horror al vacío podría ser una consecuencia de la necesidad de ver patrones en toda la realidad.
En resumen, la hipertrofia del reconocimiento de patrones es un problema serio si no se contrastan dichos patrones deseados con evidencia empírica o lógica de tipo científico porque nos lleva a ridículos como creer que los patrones de constelaciones de estrellas al momento de nacer rigen nuestras vidas.