viernes, 5 de noviembre de 2010

La conjetura de Huginn y Muninn

Algunas veces lo más difícil es asombrosamente sencillo.
Pasa en matemáticas y me temo que pasa también en la vida cotidiana.
Cuando uno realiza una aseveración, el pensamiento matemático indica que se debe demostrar su valor de verdad o falsedad de forma concluyente. Y de ser posible, de la forma más concisa posible.
Y de ser posible, y ésta me encanta; de la forma más elegante posible.
También a veces es importante encontrar un contraejemplo.
Christian Goldbach fue un matemático prusiano del siglo XVIII, que hoy en día es conocido por la Conjetura de Goldbach, llamada en su honor, que dice que todo número par mayor que 2 se puede representar como la suma de dos números primos.
Es decir de la siguiente forma :

Hoy se sabe que esto es cierto para todos los números menores que un trillón, (es decir, 1018, ó un 1 seguido de dieciocho ceros, ó 1.000.000.000.000.000.000). Esta conjetura se encontró en una carta que envió Goldbach a Leonhard Euler en 1742.
Pero al día de hoy nadie ha podido demostrar la verdad o falsedad de la conjetura y ni siquiera se ha encontrado un número que NO pueda escribirse de esa forma.

Ahora bien, cuál sería el equivalente de la conjetura de Goldbach en la vida cotidiana ?

La pura y simple felicidad ?

Expresada como la suma de dos números primos o "raros", la ataraxia y el humor ?

2 comentarios:

Viejex dijo...

Interesante. Pero intuyo que su conjetura sería más sencilla de refutar con un contraejemplo, dada la naturaleza subjetiva de la noción de felicidad.

goolian dijo...

Es la terrible diferencia entre las matemáticas que son clarísimas y la vida que es nebulosísimamente subjetiva ...

Gracias por pasar y le mando un abrazo de fin de año !!