miércoles, 17 de noviembre de 2010

Una palabra rara

Cuando uno tiene hijos pequeños se sorprende de la necesidad, creada o innata, que tienen de expresarse artísticamente. Y cree erróneamente que sus hijos serán artistas.
Cuando uno visita el jardín de infantes donde concurren descubre que todos los niños son artistas en potencia, no sólo los propios. Todos pintan, dibujan, modelan, recortan, juegan y cantan canciones mientras lo hacen.
¿Cómo es que esa disposición se pierde con la adultez ?
Tal vez si TODOS los adultos estuvieran ocupados en pintar, dibujar, modelar, recortar, jugar y cantar canciones el planeta sería un lugar más pacífico. Porque tendríamos menos tiempo para dedicarnos a los negocios, a ganar cada vez más plata, a la política y a su versión perversa, la guerra.
En Biología del desarrollo se entiende como neotenia (del griego neo-, ‘joven’, y teinein, ‘extenderse’) a un proceso de alteración del ritmo de crecimiento de los organismos vivos, que se caracteriza por la conservación del estadio juvenil en el organismo adulto, debido a un retardo pronunciado (en correlación con su ancestro u organismos cercanamente emparentados) del ritmo de desarrollo corporal. Según algunos antropólogos la neotenia tuvo un papel importantísimo en la evolución biológica.
Pero a mí me interesa expandir el concepto a ciertos aspectos de la psique humana.
Podríamos agregar a la definición de neotenia la idea de la retención de atributos infantiles en la adultez. Los seres humanos son niños o jóvenes durante más tiempo que cualquier otra criatura en la tierra, pudiendo estimar su etapa de desarrollo en casi veinte años hasta alcanzar la plena adultez.
La inmensa mayoría de los adultos dejan de jugar cuando se hacen adultos y se focalizan en sus trabajos, que se puede entender como una forma adulterada por el dinero del juego infantil.
Pero cuando eran niños aprendían constantemente, socializaban con todos, jugaban todo el tiempo con nada. Eran curiosos perennes; maravillándose y alegrándose al descubrir cosas. Los niños cambian y crecen mientras imaginan y sueñan.
Los adultos son serios, producen, se concentran, pelean, y creen a rajatabla en cosas que a veces ni siquiera eligieron.

Revaloricemos entonces la infancia y tratemos de tener un poco más de neotenia.
Los tengo que dejar porque se me seca la plasticola de colores que acabo de poner.

3 comentarios:

anita dijo...

Muy Sait-Exupéry... y muy cierto...

Me voy a recortar figuritas de papel glacé...

goolian dijo...

Después intercambiamos figuritas..

Mensajero dijo...

Goolian, un link a una escuela cuyo proyecto puede interesarle. Saludos.

http://www.laescuelitavea.com.ar/