Nuestro cerebro es el órgano encargado de almacenar, generar y desarrollar nuestros pensamientos. No sólo nuestra conciencia sino también un sinfín de actividades inconscientes y automáticas regulatorias de nuestro organismo e incluso respuestas automáticas que por su rapidez ni siquiera llegan a ser conscientes. Muchas veces nuestros pensamientos nos son impuestos. Toda reacción consciente a un estímulo externo es por definición algo impuesto por el afuera. Pero cualquier persona que haya intentado meditar aunque sea sólo un poco comprende lo difícil que es poner la mente en blanco. También el hecho que nuestros pensamientos "se aparecen" y afloran a la conciencia muchas veces sin un orden o sentido predeterminado y por supuesto sin volición alguna.
Por lo tanto es interesante pensar al cerebro y a sus
conexiones neuronales como un animal a adiestrar, un caballo al que se debe
domar de forma tal que mejore su rendimiento por lo menos en términos de
creatividad y concentración.
Otra analogía, que es la que da título a este humilde
escrito, es la de planificar o urbanizar una ciudad como si fuéramos un alcalde
con recursos casi infinitos. Cuando uno viaja de noche en un avión y se
sobrevuela una gran ciudad se ven las luces que iluminan las avenidas y calles de
la misma. Las avenidas principales están más iluminadas, luego las calles más
transitadas y cada vez menos luz en las arterias secundarias hasta aparecer
grandes cuadrados de oscuridad en parques o manzanas muy poco transitadas.
Nuestro cerebro es asimilable a esta imagen. Los
pensamientos más comunes son las arterias más iluminadas y las zonas oscuras
son las redes neuronales que nunca usamos pero podríamos. Pero al igual que en
una ciudad real el tránsito, o mejor dicho
el discurso mental tiende fuertemente a ir por zonas previamente conocidas y
por lo tanto iluminadas.
Incorpore
toda la red urbana
Doble por calles que nunca había tomado antes. Elija
siempre rutas alternativas para cualquier destino, aunque parezcan mucho más
largas. Incorpore el azar como fuente de decisiones, es decir vagabundee sin
rumbo prefijado por las calles de su ciudad.
En términos de pensamientos esta premisa podría
expresarse como usar la imaginación. Visualice cosas dispares uniendo
situaciones, objetos o personas totalmente disímiles. Imagine situaciones
disparatadas y trate de encontrarles una razón y una lógica. Si bien esta
propuesta se parece peligrosamente a los manuales de autoayuda de creatividad
para empresarios; contiene algunos conceptos interesantes.
Incremente
la red tránsito público
El subterráneo de Sao Paulo es bastante limitado,
como red es deficiente y no posee demasiadas líneas para cubrir la superficie
de la megalópolis. El subte de Buenos Aires en cambio es más extenso pero su
red es totalmente estrellada hacia el microcentro de la ciudad por lo que
termina siendo también deficiente. El
subte de París posee una extensión considerable y una estructura
meticulosamente reticulada lo que le permite llegar a todos los puntos de la
ciudad.
¿Cómo se genera una red amplia en el cerebro? Aprenda
otro idioma, si es posible bien distinto de los que ya conoce. Si habla idiomas
romances aprenda uno anglosajón o escandinavo. Atrévase a aprender rudimentos
de chino, mal no le va a venir en un futuro cercano. Estudie matemáticas o
física, disciplinas con el más alto nivel de abstracción. Aprenda a tocar un
instrumento musical de adulto o en su defecto a leer música. Lea mucha pero
mucha poesía.
A medida que se dedica a estas nuevas actividades
verá como se reconecta el cableado de sus neuronas y se tienden interconexiones
nuevas y más ramificadas.
Evite
y erradique los barrios de narcotraficantes
Dentro de la sináptica cerebral los neuropéptidos
juegan un papel sumamente importante. Son pequeñas moléculas parecidas a las
proteínas que se originan por transducción sináptica cerebral. Remito a
manuales de introducción a las neurociencias a aquellos interesados, sobre todo
al libro de Diego Golombek, "Cavernas y Palacios"
Dichas sustancias químicas son generadas por
determinadas emociones o estados mentales vinculados a pensamientos. Las
neuronas parecen tener conductas adictivas a determinados neuropéptidos lo que
les lleva a desarrollar y profundizar determinadas emociones o pensamientos de
forma recurrente. ¿Tal vez haya una razón química para los trastornos obsesivo-compulsivos?
De cualquier manera tiendo a pensar que los
sentimientos o pensamientos de índole agresiva, territorial o que conllevan algún
tipo de violencia, no sólo remiten a la parte más antigua de nuestro cerebro,
el cerebro de reptil según Carl Sagan; sino que también inducen a las sinapsis
neuronales a un estado total de droga dependencia.
Erradique todo tipo de pensamiento violento, agresivo
o con cualquier connotación de peligro salvo casos plenamente justificados por
un estímulo externo. De lo contrario los barrios de narcotraficantes se
instalarán por todos los barrios de su ciudad cerebral y sus neuronas se
comportarán como chabones embrutecidos con síndrome de abstinencia de paco y sólo
pensarán cosas como “pedazo de hijo te
puta, te voy a cagar a trompadas” sólo porque alguien lo empujó un poco en
el subte.
Las ideologías políticas, religiosas o de pertenencia
a cualquier grupo, como por ejemplo un club de fútbol; podrían verse también
como adicciones neuronales.
Creo que es altamente probable que las neuronas sean
más adictas a pensamientos o formaciones reticulares neuronales de pensamientos
negativos que de pensamientos positivos.
Además
el cerebro tiende siempre a formar una determinada configuración neuronal, no
puede quedarse quieto. Tal vez por eso sea tan difícil la meditación, o poner
la mente totalmente en blanco.
Sea una aldea hippie dentro de un país
fascista
Podemos luchar por mantener nuestras ciudades / mentes
limpias pero el entorno, la nación externa que contiene nuestra ciudad puede
ser muy enfermiza.
Existen enfermedades mentales de individuos pero
también existen las enfermedades mentales de las sociedades, empresas, colegios
o familias. Además creo que la inmensa mayoría de las estructuras mentales
externas e impuestas por la fuerza, como la política o la religión también son
formas meméticas altamente psicóticas.
Manténgase a parte. El entorno enfermizo influye y
mucho, copa las avenidas, lo obsesiona y lo termina contagiando. Elabore un
mundo interno lo suficientemente fuerte como para resistir esa invasión. En
otras palabras cultive su propio jardín y no trabaje en los parques de otros o
peor aún mire como trabajan.
La ley de la calle
Como alcalde de su ciudad cerebro, viaje de incógnito
y tenga contacto con el pueblo. En términos cerebrales significa hágale caso a
su inconsciente. También a sus corazonadas o intuiciones, no hasta el punto de
desarrollar un chamanismo inconducente pero téngalas en cuenta por lo menos.
Su cerebro, además no es sólo su estado de vigilia. Déle
mucha pero mucha importancia a sus pensamientos cuando está recién levantado,
medio dormido o a punto de entrar en sueño. Fomente la ensoñación durante su
vigilia como fuente de inspiración e ideas nuevas. Por último recuerde y si
quiere, anote sus sueños.