jueves, 15 de octubre de 2009

Una zapada aburrida

Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822) fue un jurista, pintor, cantante, compositor y escritor alemán que participó activamente en el movimiento romántico de la literatura alemana.
Su segundo nombre, Amadeus, fue adoptado en homenaje a Mozart.
A pesar de haber sido un excelente músico, Hoffmann es mucho más conocido como escritor siendo una figura de gran influencia en los grandes escritores posteriores como Edgar Allan Poe y Theophile Gautier. Sus obras de ficción, de horror y de suspenso que combinan lo grotesco y lo sobrenatural con un poderoso realismo psicológico, se encuentran entre las mejores y más influyentes del movimiento romántico.
Sus obras inspiraron también piezas musicales como la ópera "Los cuentos de Hoffmann" (1880) de Jacques Offenbach; o la "Kreisleriana" de Robert Schumann inspirada en uno de sus personajes.

Dicho personaje, el músico Kreisler es el protagonista de su obra "Las pasiones musicales del director de orquesta Johannes Kreisler", donde pone de manifiesto la incapacidad de la burguesía provinciana de su tiempo para comprender el arte de la música. Para ello relata la situación de un músico requerido insistentemente, en una reunión social, para que improvise de la forma maravillosa que sólo él sabe hacerlo.
Olbigado al fin, el músico se venga interpretando "Las variaciones Goldberg" de Johann Sebastian Bach. Los invitados empiezan a desfilar unos tras otros.
Cito a Hoffman "Para la número 3 se marchan varias damas, seguidas del homnre de testa imperial. Los Roderlein, al ser su profesor el intérprete, aguantaron, como si estuvieran sufriendo tormento, hasta la número 12. Al llegar a la número 15, el tipo de los dos chalecos emprendió la huida. Por una exagerada cortesía, el varón permaneció hasta la número 20, bebiendo una buena cantidad del ponche que Gottlieb, el criado; había puesto para mí encima del piano."
Al llegar a la variación número 30, ya sólo queda el criado, Gottlieb, el único dotado de talento musical, a quien el protagonista de la historia recomienda que cuelgue "la odiosa levita del criado" y acuda a recibir lecciones de música.

En homenaje a Gottlieb, que fue el único que llegó a escuchar la variación número 25, "el recitativo infinito", según el musicólogo Wolfgang Schereiber que la equipara con el cuarto movimiento de la novena sinfonía de Gustav Mahler.

6 comentarios:

Diego dijo...

Nunca jamás en la vida me voy a cansar de las Variaciones Goldberg...

goolian dijo...

Lo felicito por parecerse más a Gottlieb que a la nobleza !!

la stessa ma altra dijo...

aguante Gottlieb! me gustó mucho mucho el ritmo del relato Goolian...

goolian dijo...

Gismonti, fue un Gottlieb de Latino américa. Nació en Carmo un pueblito mísero del nordeste brasileño y todo el pueblo contribuyó para mandarlo a estudiar musica cuando vieron que era talentoso.

Viejex dijo...

Un poco de piedad para los que nos identificamos mas con los que se fueron que con el abnegado Gottlieb...convengamos que para animar una fiesta no es muy apropiada...

goolian dijo...

Pero querían música imaginativa y no bailongo !
Yo a propósito puse una variación, muy lenta y "aburrida".