Puzurr-Zababa estaba contento. Se agitaba alegremente sacudiendo con energía el espacio. Si bien, es necesario aclarar que el espacio, como el concepto que actualmente entendemos, todavía no existía.
Cada pequeño amrru-ukh de la presencia llamada Puzurr-Zababa exhaltaba una satisfacción que este ser experimentaba sólo cuando había saciado recientemente su apetito. Pero la onda expansiva del estado de ánimo de Puzurr-Zababa debía ser muy poderosa porque cuando sólo habían transcurrido unos pocos mu-du-shq se escuchó, si se le puede llamar escuchar, la llegada de otras presencias.
-"Puzurr-Zababa" - bramó el ser llamado Lugalkiginedudu -- "qué has hecho esta vez ? "
Puzurr-Zababa lo miró; siempre teniendo en cuenta que nada parecido a un par de ojos integraba su anatomía, con la expresión más inocente que había podido aprender en su corta vida.
-"Está demasiado contento" - se expresó Enzipazianna dirigiéndose hacia lo que suponemos sería su consorte.
Éste de repente viró hacia un color en algún lugar entre la gama del violeta y del púrpura y atronó la oscuridad con su ronca voz:
-"Ghishakkidu, Kishep-Ratep, Shutruknakhkhunte, vengan inmediatamente, carajo!"
Un extraño aletear de presencias se escuchó desde los lugares más dispares que nuestra pobre percepción espacial nos permitiría discernir.
- "Puzurr-Zababa se ha devorado todo mi mu-kurun-na. Ya no sé qué hacer con este crío de mierda. Nunca lo puedo poner en vereda"
- "Porqué no lo encerrás algún tiempito " sugirió sibilante Kishep-Ratep.
Nuevamente nos vemos forzados a aclarar al desprevenido lector que la noción de tiempo que manejaba Kishep-Ratep era muy distinta de la que conocemos, ya que el tiempo, como tal, ni siquiera había sido creado todavía.
- "Buena idea, su viscosidad- " se expresó el ser llamado Lugalkiginedudu. Y prosiguió, altisonante - "Puzurr-Zubaba, te quedarás encerrado tres millones de qutu-shk"
Y luego toda la mari-ekallishu, como les gustaba llamarse a ellos en conjunto, se perdió en la oscuridad en medio de risas y húmedos grititos.
Puzurr-Zababa estaba enojado. Se agitaba con rabia sacudiendo con energía el espacio. Una vez más, se hace necesario aclarar que el espacio como tal, todavía no existía.
Cuando se cansó de patalear, aunque tal vez sería más apropiado escribirlo como tentaculear, Puzurr-Zababa empezó a aburrirse.
Al cabo de unos pocos mu-du-sq el aburrimiento era insoportable. Se podría decir que a esa altura Puzurr-Zababa se movía inquieto por la oscuridad, como si estuviera aleteando por sobre la superficie de las aguas...
Entonces por decir algo, por bronca, por jodido, porque no tenía nada que hacer, o de puro aburrimiento, Puzurr-Zababa musitó: "Hágase la luz".
Cada pequeño amrru-ukh de la presencia llamada Puzurr-Zababa exhaltaba una satisfacción que este ser experimentaba sólo cuando había saciado recientemente su apetito. Pero la onda expansiva del estado de ánimo de Puzurr-Zababa debía ser muy poderosa porque cuando sólo habían transcurrido unos pocos mu-du-shq se escuchó, si se le puede llamar escuchar, la llegada de otras presencias.
-"Puzurr-Zababa" - bramó el ser llamado Lugalkiginedudu -- "qué has hecho esta vez ? "
Puzurr-Zababa lo miró; siempre teniendo en cuenta que nada parecido a un par de ojos integraba su anatomía, con la expresión más inocente que había podido aprender en su corta vida.
-"Está demasiado contento" - se expresó Enzipazianna dirigiéndose hacia lo que suponemos sería su consorte.
Éste de repente viró hacia un color en algún lugar entre la gama del violeta y del púrpura y atronó la oscuridad con su ronca voz:
-"Ghishakkidu, Kishep-Ratep, Shutruknakhkhunte, vengan inmediatamente, carajo!"
Un extraño aletear de presencias se escuchó desde los lugares más dispares que nuestra pobre percepción espacial nos permitiría discernir.
- "Puzurr-Zababa se ha devorado todo mi mu-kurun-na. Ya no sé qué hacer con este crío de mierda. Nunca lo puedo poner en vereda"
- "Porqué no lo encerrás algún tiempito " sugirió sibilante Kishep-Ratep.
Nuevamente nos vemos forzados a aclarar al desprevenido lector que la noción de tiempo que manejaba Kishep-Ratep era muy distinta de la que conocemos, ya que el tiempo, como tal, ni siquiera había sido creado todavía.
- "Buena idea, su viscosidad- " se expresó el ser llamado Lugalkiginedudu. Y prosiguió, altisonante - "Puzurr-Zubaba, te quedarás encerrado tres millones de qutu-shk"
Y luego toda la mari-ekallishu, como les gustaba llamarse a ellos en conjunto, se perdió en la oscuridad en medio de risas y húmedos grititos.
Puzurr-Zababa estaba enojado. Se agitaba con rabia sacudiendo con energía el espacio. Una vez más, se hace necesario aclarar que el espacio como tal, todavía no existía.
Cuando se cansó de patalear, aunque tal vez sería más apropiado escribirlo como tentaculear, Puzurr-Zababa empezó a aburrirse.
Al cabo de unos pocos mu-du-sq el aburrimiento era insoportable. Se podría decir que a esa altura Puzurr-Zababa se movía inquieto por la oscuridad, como si estuviera aleteando por sobre la superficie de las aguas...
Entonces por decir algo, por bronca, por jodido, porque no tenía nada que hacer, o de puro aburrimiento, Puzurr-Zababa musitó: "Hágase la luz".
Y la luz se hizo.
4 comentarios:
Blasfemo! no dijo "Ghishakkidu, Kishep-Ratep, Shutruknakhkhunte"!!! Lo que Lugalkiginedudu dijo fue "Ghishakkidu, Kishep-Ratep, Sumbudrule"
P/S: Muy bueno!
Cómo le va, maestro ? me extraña ?
Todos los nombres del cuento son reales, corresponden si mal no recuerdo a los reyes sumerios de la XVII dinastía de Uruk.
Y las palabras que por contexto se entienden, las unidades de tiempo, la corte real, están realmente en sumerio.
Desde luego, se extraña su presencia. Por linea privada cuente como van las nuevas ocupaciones.
Abrazo.
Dale !! agregame en el MSN
goolian@yahoo.com
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