miércoles, 28 de julio de 2010

Evangelios rechazados

Cualquier cristiano medianamente culto debería saber que "evangelio" en griego quiere decir "buena nueva".
Pero el griego, que junto con el chino es la lengua hablada por más tiempo; cambió y cambia a lo largo del tiempo. En la época de Homero la palabra "evangelio" significaba la propina dada al portador de buenas noticias. Luego en la época clásica, los sacrificios ofrecidos en acción de gracias por una buena noticia. Recién en la época helenística "evangelio" pasó a significar la buena noticia misma.
Para los historiadores la buena noticia es que se han conservado bastante más que cuatro evangelios. Son los conocidos como apócrifos desde la religión pero que desde el análisis histórico tienen mucho para aportar.
Encontré en uno de ellos, el "Evangelio árabe de la infancia" un pasaje tan poético que casi, casi me hace creyente.
De cualquier manera merecería estar en los evangelios "oficiales" y al no estar indica claramente lo arbitrario y ficticio de toda la construcción del discurso de poder religioso.
Transcribo entonces el capítulo XXXVI, versículos 1 y 2; llamado "Las figurillas de barro".

"Un día, cuando Jesús había cumplido los siete años, jugaba con sus pequeños amigos, es decir, con niños de su edad. Y se entretenían todos en el barro, haciendo con él figurillas, que representaban pájaros, asnos, caballos, bueyes, y otros animales. Y cada uno de ellos se mostraba orgulloso de su habilidad, y elogiaba su obra, diciendo: Mi figurilla es mejor que la vuestra. Mas Jesús les dijo: Mis figurillas marcharán, si yo se lo ordeno. Y sus pequeños camaradas le dijeron: ¿Eres quizá el hijo del Creador?

Y Jesús mandó a sus figurillas marchar, y en seguida se pusieron a dar saltos. Después, las llamó, y volvieron. Y había hecho figurillas que representaban gorriones. Y les ordenó volar, y volaron, y posarse, y se posaron en sus manos. Y les dio de comer, y comieron, y de beber, y bebieron. Y, ante unos jumentos que hiciera, puso paja, cebada y agua. Y ellos comieron y bebieron. Los niños fueron a contar a sus padres todo lo que había hecho Jesús. Y sus padres les prohibieron para en adelante jugar con el hijo de María, diciéndoles que era un mago, y que convenía guardarse de él."

El cuadro es un detalle del "Jesús niño" del pintor español Bartolomé Esteban Murillo.

Y la imagen de abajo es un mosaico bizantino que muestra a un Jesús vestido como un general romano, afeitado y aplastando un león y una serpiente.


Hay un sólo Cristo, pero me temo que existen infinitos Jesuses.

2 comentarios:

anita dijo...

Los evangelios apócrifos deben de estar llenos de situaciones interesantes, de anécdotas como la que mencionás que, aún (y seguramente) sin ser verdadera no deja de tener un tierno encanto y, también, la descalificación del que se muestra diferente...

Caipira dijo...

Muy gráfica la imágen que pusiste. Eso es precisamente lo que Jesús enseñó, a dominar al león y a la serpiente. Como en las estatuas que muestran al león con las garras cortadas....
¿Podremos?