Nuestras concepciones y abstracciones mentales son todas contextuales. Es muy difícil sino imposible concenir una idea o abstracción totalmente fuera de su contexto. Eso tal vez sea porque la realidad misma es um rizoma imbrincado hasta el infinito y nuestras modelizaciones mentales tienen que forzozamente reflejar dicha morfología. De hecho nuestro cerebro mismo es un rizoma de potenciales conexiones neuronales que generan nuestros pensamientos y emociones.
El problema ocurre por la descontexualización o la resignificación inadvertidas.
Pongo un ejemplo. El filósofo francés Luc Ferry cuenta que para la filosofía helenística estoica, el "Logos" era la idea del orden del mundo, es decir el cosmos entendido como algo ordenado, y con un propósito más allá de la idea antropomorfa del dios judeocristiano. Acorde con la idea estoica la muerte era la absorción del alma o espíritu en el Logos universal, un deshacerse en el universo. Idea que no es demasiado consoladora en lo individual pero expresaba una idea de pertenencia a algo trascendente que se perdió a lo largo de los siglos posteriores, tal vez hasta Spinoza.
Cuando el cristianismo, esa herejía oriental, ascendió a religión militante de la mano de Pablo tomó muchos conceptos de la filosofía griega neoplatónica y estoica. Después de todo Pablo fue el primero en bautizar gentiles, cosa que según los Hechos de los Apóstoles escandalizó a la Iglesia de Jerusalén. Y esos gentiles, griegos o judíos de habla griega conocían perfectamente el concepto de Logos estoico. Cuando se escribe el evangelio de Juan, muy probablemente por un converso de habla griega y no por el apóstol joven; se reutiliza el concepto tan conocido. Pero la hábil maniobra de proselitismo fue identificar el Logos, orden vago y universal del cosmos para los griegos; en un persona física, en el Mesías judío. "El Verbo (o Logos) se hizo carne". Se unen así las expectativas mesiánicas orientales con la idea de orden occidental y de paso el Logos se traduce mal como palabra generando nuestra futura sacralización de la palabra. La idea de Logos se recontextualiza y adquiere un nuevo sentido.
Esta maniobra fundante de la teología cristiana fue muy probablemente deliberada.Pero me atrevo a sostener que infinidad de veces continuamos usando términos o ideas dentro de contextos que ya no son válidos o son directamente erróneos.
Esa desaprensión por el contexto adecuado tanto para las simples palabras como para las modelizaciones mentales más complejas, conlleva errores de apreciación y valoración nada despreciables.
El problema ocurre por la descontexualización o la resignificación inadvertidas.
Pongo un ejemplo. El filósofo francés Luc Ferry cuenta que para la filosofía helenística estoica, el "Logos" era la idea del orden del mundo, es decir el cosmos entendido como algo ordenado, y con un propósito más allá de la idea antropomorfa del dios judeocristiano. Acorde con la idea estoica la muerte era la absorción del alma o espíritu en el Logos universal, un deshacerse en el universo. Idea que no es demasiado consoladora en lo individual pero expresaba una idea de pertenencia a algo trascendente que se perdió a lo largo de los siglos posteriores, tal vez hasta Spinoza.
Cuando el cristianismo, esa herejía oriental, ascendió a religión militante de la mano de Pablo tomó muchos conceptos de la filosofía griega neoplatónica y estoica. Después de todo Pablo fue el primero en bautizar gentiles, cosa que según los Hechos de los Apóstoles escandalizó a la Iglesia de Jerusalén. Y esos gentiles, griegos o judíos de habla griega conocían perfectamente el concepto de Logos estoico. Cuando se escribe el evangelio de Juan, muy probablemente por un converso de habla griega y no por el apóstol joven; se reutiliza el concepto tan conocido. Pero la hábil maniobra de proselitismo fue identificar el Logos, orden vago y universal del cosmos para los griegos; en un persona física, en el Mesías judío. "El Verbo (o Logos) se hizo carne". Se unen así las expectativas mesiánicas orientales con la idea de orden occidental y de paso el Logos se traduce mal como palabra generando nuestra futura sacralización de la palabra. La idea de Logos se recontextualiza y adquiere un nuevo sentido.
Esta maniobra fundante de la teología cristiana fue muy probablemente deliberada.Pero me atrevo a sostener que infinidad de veces continuamos usando términos o ideas dentro de contextos que ya no son válidos o son directamente erróneos.
Esa desaprensión por el contexto adecuado tanto para las simples palabras como para las modelizaciones mentales más complejas, conlleva errores de apreciación y valoración nada despreciables.
4 comentarios:
"Logos" es una de las palabras más malusadas de la historia de la humanidad. Junto con "utilitarismo", y un par más.
Exactamente, el maluso de las palabras y de las ideas que denotan tiene que ver, ami juicio, en la desconexión o la falta de readaptación a contextos cambiantes.
Chomsky se equivocó, no existen "context free grammas".
En mi opinión, habría que distinguir el cambio de sentido practicado a la palabra con intención "aviesa" (como creo que es el caso al que vos te referís, por parte de la "Santa Madre Iglesia")y que suele ocurrir con palabras que ya gozan de cierto prestigio en determinado contexto cultural, del uso que el vulgo suele hacer de dicha palabra una vez que se la ha echado a andar. Este "mal uso" de la palabra suele ser ingenuo y nos habla ya de una recontextualización de la misma. El lenguaje es un ser vivo, cambiante, a la vez dócil e irreductible, expuesto al devenir de la historia, puede ser nuestro aliado o...ay!nuestro enemigo (el pez por la boca muere).
Claro, hay maniobras linguisticas "malintencionadas", ingenuas e incluso algunas simplemente aleatorias.
A lo que apunto es a nuestra desaprensión con respecto a la información contextual de que tenemos muchas veces.
Las palabras cambian y su contexto también. Muchas veces seguimos usando contextos deprecados o fuera de uso con palabras que han cambiado sin darnos cuenta.
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