Cuando era joven pensaba que ser feliz era un problema de producción.
Decidí trabajar y ganar plata; me compré muchas cosas pero no fui feliz.
Después pensé que ser feliz era un problema de iluminación.
Decidí levantarme todos los días con el sol; aproveché más mi tiempo pero no fui feliz.
Después pensé que ser feliz era un problema de locación.
Decidí emigrar a otro país; conocí otros paisajes pero no fui feliz.
Después pensé que ser feliz era un problema de casting.
Decidí buscar a la mujer perfecta; me divertí bastante pero no fui feliz.
Después pensé que ser feliz era un problema de guión.
Decidí empezar y dejar varias carreras universitarias; aprendí mucho pero no fui feliz.
Después pensé que ser feliz era un problema de dirección.
Decidí empezar terapia; me conocí a mí mismo pero no fui feliz.
Entonces aprendí a ser feliz.
Era un problema de banda de sonido.
Dos maestros, Ingmar Bergman y una fuga de "La ofrenda musical" de Johann Sebastian Bach por Musica Antiqua Koln.
viernes, 10 de octubre de 2008
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4 comentarios:
la felicidad, mi muy querido, es casi siempre un problema de banda de sonido. o de sabado, con lluvia, y cosas dulces y jamon y libros y amigos y "cocazos". la felciidad bien puede ser un excusa torpe para habitar el mundo. no le parece un poco?
Gracias.
A lo mejor la felicidad, o sus relámpagos fugaces, sean sino el sentido, la excusa perfecta para la existencia de todo.
Existe algo en vez de nada porque ese algo intenta vanamente ser feliz.
tal cual. pero ese algo bobo, vano... ese algo puede de vez en vez ser una llama en el cielo.
h. poincare solia decir que el pensamiento no es mas que un relampago en la negra noche, pero que ese relampago lo es todo.
Muy lindo el Poincaré.
Los Upanishads decían, un poquitín antes que la existencia es un chispazo de luz entre dos océanos de negrura infinita.
Pero ese relámpago a veces puede iluminar el infinito pasado y el infinito futuro ?
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