miércoles, 27 de julio de 2011

Terrorismo en colores

Hace muchos pero muchos años escribí el guión para una historieta, que nunca llegué a dibujar; en la que los protagonistas realizaban una forma muy particular y naif de terrorismo. Dos pintores aburridos de la monocromía de las grandes ciudades comenzaban a pintar de vivos colores los edificios grises de su ciudad. Uno de sus golpes maestros fue pintar de naranja y azul el edificio del Banco Central sólo superado por la policromía fauvista exhibida en el cementerio de la Recoleta.
Buscados por la policía e Interpol deben abandonar el país no sin antes derramar desde un helicoptero toneladas de pintura sobre el obelisco para dejarlo como un chorreante helado de pistachio.

El 25 de abril de 2010, un artista holandés, Iepe B. T. Rubingh, realizó una performance urbana en la Rosenthaler Platz en Berlín, que parece sacada de mi adolescente historieta. Quinientos litros de pintura al agua derramados sobre el asfalto y desparramados por dos mil autos. El video se llama "Painting reality".


Ya es hora de un ataque terrorista en Argentina con blanco de titanio, azul talo y verde veronés.

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