miércoles, 30 de julio de 2008

El baile del caño.

Quiero opinar algo sobre un tema frívolo como lo es la moda actual en la televisión argentina.
Hace algún tiempo, leí la primer novela del controversial escritor francés, Michel Houllebecq, llamada "Ampliación del campo de batalla".
En ella se exponía la teoría de que la vida sexual de las personas tenía una desigualdad de oportunidades y resultados aún más injusto que la riqueza monetaria. Hay alguna gente que por genética y un poco de astucia tiene un "desempeño" muchísimo mayor que el de cualquier mortal. En otras palabras una vida sexual mucho más variada y en mayor cantidad que el resto.
Estoy seguro que "Pampita" por poner un ejemplo, si quisiera podría elegir de entre casi infinitos partenaires sexuales, cosa que una mujer común, como la mía, como la de casi todos; no.
Entonces se construye una sociedad en la que se premia esa aleatoria distribución de belleza, fortaleciendo un canon que como todos es arbitrario.
Y se vende dicha belleza como producto enfatizando siempre el costado sexual y casi explícito de la imagen. Sirve para publicitar casi todo, desde autos hasta computadoras.

A mí por ejemplo me encanta la actriz Kate Winslet que no es precisamente sexy y a muchos "jurados de la nada" les parecería una gordita inglesa insulsa.
Pero cuando en programas como los actuales se muestra pornográficamente la sexualidad de cuerpos trabajados a la perfección (unidos generalmente a cerebros un tanto descuidados); existe algo de ostentación perversa.
Como bien apunta Houllebecq, el sexo es un un gran factor de desigualdad que encima es acentuado por la edad y nuestra obsesión cultural con la juventud.
El mundo audiovisual impuesto me lleva a considerar sexualmente muy deseable a un a mujer de 20 años que sea atractiva pero como yo tengo 45, mi única posibilidad es a través de la siniestra manipulación del dinero. Crecer implica aceptar lo que nunca tendrás y dejarlo de lado elegantemente. No sólo ya no remontaré el Ganges ni descubriré la vacuna del cáncer sino que jamás tendré sexo con Naomi Campbell.
Entonces vender voyeurismo de alto contenido erótico a millones de personas que nunca podrán acceder ni por asomo a poseer cuerpos de ese nivel de refinamiento, tiene algo de intrínsecamente perverso. Fomenta la insatisfacción en los niveles más primarios.
Recuerdo la publicidad del jabón Dove "belleza real" o algo así que mostraba mujeres normales, incluso con arrugas y celulitis pero que terminaban siendo infinitamente más seductoras por su realidad. Lo que los yanquis llaman burdamente "girl next door".
Pero la gran mayoría me temo que no lo ve y millones de televidentes se siguen calentando con obscenidades inalcanzables en vez de pensar y trabajar por lo alcanzable.
Que debiera ser una caricia de amor a la mujer que elegiste, una canción afinada con ganas, un mueble bien lustrado o un libro muy disfrutado.
Y no el torneado y hermoso culo de Pampita.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

querido gool.... lo de mujer común con que denominas a tu mujer y dandole la impoibilidad de tener acercamientos sexuales con hombres jóvenes y musculosos.... suena patético!!!! no solo se tiene sexo (aunque es importante) por el aspecto físico, no por la edad exterior. Lo de "común" suena fuerte. Nadie es "común". Todos somos únicos, originables y cogibles. A pesar de la gorduras y las distancias con las bellezas apolineas.

Anónimo dijo...

HOLA! finalmente estoy participando de tu tan interesante blog querido Polits...
Primero.. todo lo que he leido me parece fantastico..
y particularmente, respecto de este post.. creo que es totalmente cierto lo que decis..
me puso triste saber que perdí mi oportunidad con Venicio del Toro.. y que no tengo el culo de pampita.. pero es verdad.. hay mucho mas q un culo y que una hermosa tabla de lavar la ropa en un abdomen.. mucho mas... totalmente de acuerdo contigo.. hay que trabajar por lo alcanzable..
muy bueno. me gustò mucho.
Andre